Ascó (Tarragona) se perfila como compañera de viaje de Yebra para albergar el cementerio de residuos nucleares (Almacén Temporal Centralizado, ATC) impulsado por el Ministerio de Industria. El alcalde convergente de la localidad, Rafael Vidal, que cuenta con el apoyo del único regidor socialista en el consistorio, esperará para hacer pública su decisión a la reunión que el próximo día 27 celebrará en Madrid la Asociación de Municipios en Áreas con Centrales Nucleares (AMAC).
Esta entidad, que agrupa a los 70 municipios españoles cercanos a plantas atómicas, decidirá si revoca la decisión que tomó el pasado verano de que sus componentes no participen en el concurso público del Gobierno central para acoger el ATC. El origen de este cambio de actitud es del 29 de diciembre, cuando el Ejecutivo hizo públicas las bases de la convocatoria y, "ante la sorpresa general, Industria aceptó una de las condiciones que había impuesto la AMAC en su anterior asamblea", según fuentes municipales de Ascó.
Estas fuentes señalaban que el ministerio había modificado los criterios de reparto de los fondos anuales de modo que beneficiaran no sólo al municipio escogido, sino a toda la zona afectada.
El gesto de Industria, a pesar de que otros condicionantes siguen en stand by, parece haber sido suficiente para que la asamblea de la semana próxima pueda levantar el veto impuesto a sus integrantes para presentarse al concurso. Ascó convocaría después un pleno extraordinario en 24 horas para aprobar, antes del 30 de enero, la moción municipal que la convertiría en candidata de pleno derecho.
Inyección económica
La construcción de los recintos significará 700 millones de euros de inversión total y 300 puestos de trabajo, pero, además, el municipio ganador acogerá un polígono industrial para el sector atómico y un centro de investigación que buscará salidas para la reutilización de los residuos. "Nos convertiríamos en un referente a nivel europeo, porque todos los especialistas deberían desplazarse aquí", señalan fuentes que desechan la posibilidad de que Ascó se quede con el palo de los residuos y la zanahoria vaya a parar a ciudades como Tarragona o Barcelona porque "las bases lo especifican claramente".
La AMAC reclamó ayer "respeto" hacia los municipios que pidan acoger el cementerio. En Móra dEbre (Tarragona), más de 400 personas, incluyendo políticos de todos los partidos, se reunieron para criticar la posible ubicación del ATC en Ascó. "Que sepan los socialistas que si el cementerio acaba aquí será un casus belli", advirtió el secretario general de ICV, Joan Herrera.
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